100 días y contando

100 días ¿eh?
En la vida pensé que pudiera llegar tan lejos sin masturbarme.
Hace 100 días era un sueño imposible.
Pues bien, creo que hoy toca contar mi historia, por si a alguien le sirve de motivación.
Llevo sumergido en este pozo del PMO desde los 13 años. Actualmente tengo 20. 7 años de adicción, entonces.
Empecé a hacerlo por dos motivos: presión de mi grupo de amigos (que ustedes sabrá, a esa edad el PMO es un descubrimiento maravilloso para muchos) y por un fracaso amoroso terrible que tal vez otro día cuente.
Todavía recuerdo los primeros dos videos que vi. Aproveché que estaba solo en casa, y con sumo nerviosismo busqué en Google “videos XXX”. Entré en la primera página que vi, pero todavía no sabía masturbarme. Fue hasta algunos días después que aprendí cómo hacerlo. Y ahí fue cuando empecé esta adicción.
Intenté dejarlo muchas veces. Siempre caía a la semana, a las dos semanas, al mes y al mes y medio. Al mes y medio solo llegué dos veces sin contar ésta.
Pero conforme recaía, peores eran los videos que veía. Desarrollé fetiches extraños, que empeoraron cuando descubrí el Hentai. Como ahí es ficción pura, los límites de lo morboso desaparecen.
[Alerta, nombraré los fetiches que desarrollé, puedes saltarte este párrafo si lo deseas] Pechos lactantes, lesbianas, embarazadas, pies, pantimedias e incluso el incesto se volvieron parte de mis gustos. Estaba enfermo.
No soportaba lo que veía al espejo. Veía un ser horrible, indigno de ser querido por nadie. No merecía tener novia, pues solo la usaría para mis perversidades. Por eso, desde aquél fracaso, no volví a tener novia.
Mi autoestima estaba por los suelos.
[Mi experiencia religiosa] Soy católico. La confesión frecuente, rezar el rosario todos los días y el libro “La trampa rota” del Padre Miguel Ángel Fuentes fueron los que me sacaron de ahí. Repito, es mi experiencia personal y lo que me ha ayudado a dejarlo.
En algún lado leí que dormir desnudo ayudaba a levantar el autoestima. Y, por lo menos en mí, ha funcionado. Verme al espejo por unos minutos tal cual soy, sin nada encima, me ha ayudado a aceptarme, aceptar que no tengo que ser un actor porno para gustarle a nadie. Y hasta guapo me veo de vez en cuando
Pues bien, ésta es mi experiencia acerca de mi adicción. Espero que le ayude a alguien más a dejar el infierno del PMO, que sin duda te destruye aunque la sociedad no lo quiera reconocer y hasta la catalogue como algo normal y natural.