Diario de Anakin

Esto va a ser una especie de diario íntimo, no necesariamente escribiré acerca de mi experiencia en la recuperación de la adicción de PMO sino también acerca de reflexiones en general, lo que me preocupa en mi vida, etc. es decir, cosas que a nadie interesa, excepto a mi..

Siempre me costó sentarme a escribir, pero veo que es un proceso que empieza a volverse necesario, la escritura sana cuando necesito hacerlo, ayuda a aclarar mis ideas, o al menos eso es lo que creo yo.
Mañana cumplo mis 31, no he hecho mucho con mi vida, pero como están pasando cosas últimamente, no siento ese peso de antaño de tener que apenarme por lo que no hice, no siento esa desesperación que sentía antes cuando me sentaba a contemplar las ruinas sembradas por mi pasado, ni tener que ahogarme con la incertidumbre del futuro. Hasta podría decir que he llegado a convivir con algunos de mis miedos más fuertes, si todo va mal y termino debajo de un puente no dejaré de ser yo mismo.

Lo que me molesta de mi cumpleaños es que me llamen los 345344 familiares que tengo para felicitarme, nunca me gustó atender llamadas, y menos de ellos. Me gustaría que fuese un día normal y ya, pero bueno, intentaré soportar al menos eso.

Últimamente estoy descubriendo un poco más a la persona que soy por dentro, el por qué soy tan introvertido, y cuales son mis limitaciones, y esto me lleva a relacionarme mejor con las personas, otra vez es lo que creo yo, tal vez en adelante me equivoque.
Toda mi vida he creído que las personas introvertidas no comparten tanto con los demás por tener miedo a ser juzgadas, es una idea muy básica la que sostuve durante todo este tiempo pero creía que funcionaba de esta manera. Lo cierto es que hay cosas que si no las guardas, luego te sientes mal por compartirlas. Es un sentimiento de incomodidad personal que no se disipa inmediatamente, dura unas horas, a veces más tiempo. Puede ser también una forma más lenta de procesar las cosas que sueltas a comparación de las personas extrovertidas. Uno procesa las cosas que le llegan, pero también las que se exteriorizan y dejan de pertenecer únicamente al mundo interno.

Esto que he descubierto se lo debo en gran parte a una persona con la que me encariñé mucho, y con quien mantengo mucha confianza así que he compartido muchas de esas cosas que no he querido compartir antes, más adelante hablaré de ella. En conclusión, es bueno saber cuando abrir tu interior pero también saber el punto en que te llegas a sentir incómodo cuando lo haces.

Otra de mis actitudes de introvertido es la necesidad de soledad, a veces casi excesiva, tiempo necesario para estar sólo y reinventarme a mi mismo. He tenido muchos problemas con ello, por no encontrar un límite, esta vez a la inversa. Es decir, saber hasta cuando mi tiempo de soledad no empieza a destruir mis relaciones personales. He tenido inconvenientes con ello, pero creo que hablaré en otra ocasión.

Con el PMO vengo fatal por el momento.

 

20' de ejercicio por día, estiramientos y una ducha bien fría para empezar el día están sentando muy bien. Ahora tengo que ser más constante con los estudios, me noto más concentrado y por fin entiendo los nuevos conceptos.

Ella es un ángel, está creciendo como persona y me está haciendo crecer también a mi. Se la ve muy contenta y eso me llena el alma, y que me diga que su felicidad es en parte gracias a mi, que le hago ilusión me hace sentirme como nunca he sentido antes.

Mis energías siguen estando algo bajas, entiendo que el pmo no tiene nada que hacer en mi vida, ya la ha desmejorado bastante, ojalá pueda volver a las dos semanas al menos que es donde he notado las energías a buen punto, y si recaigo hacerlo una vez, vencer el efecto "chaser" que le dicen y volver a empezar, pero no quisiera volver al punto anterior de recaer y no poder parar.

 

Venía muy bien, pero caí en la trampa. Me dio una preocupación muy grande que no tuviera deseo y no lograra una erección normal luego de unos días de abstinencia y temí volverme impotente de por vida, así que fui corriendo al p y al m para corroborar, en las dos primeras recaídas las erecciones blandas, y a partir de la tercera erecciones normales, fue un alivio saber que todo está bien pero no me gustaría volver a pasar por ello.
Mi verdadera inseguridad, que es lo que me hizo recaer esta vuelta, es pensar en cómo me voy a desempeñar si estoy atravesando una flatline y a la vez estoy con una chica, es algo que me aterra.