El fin de la esclavitud

Hey there. Excuse me for writing in Spanish, but I have not such a good level in English to say what I want to say. Besides, there are already too many posts about this in English, so I want to talk to all the hispanic members of NoFap.

Tengo 18 años, soy una persona con atracción hacia personas del mismo sexo y desde los 10 u 11 me he masturbado.
Al principio, como ustedes sabrán, fue una experiencia de descubrimiento poco usual. Encontrar una fuente de placer como esa era realmente un alivio para las tensiones propias de la pubertad. Con el paso del tiempo, masturbarme se volvió un refugio para mis sentimientos de miedo, soledad, frustración y aburrimiento, pero yo no me daba cuenta. Además, no había ningún problema. Lo disfrutaba demasiado y nadie sabía lo que hacía.
No obstante, cuando cumplí 15, las cosas cambiaron. Encontré la pornografía, y bien, la pornografía homosexual es siempre algo violenta y cruda, pero no hubo lío en ese entonces tampoco porque era algo que consumía muy ocasionalmente, ya que me centraba más en idealizar personas que admiraba y centrar en eso mis fantasías.
Sin embargo, la masturbación sí había empezado a salirse de control. Todos los días buscaba un espacio íntimo para navegar por Internet y encontrar imágenes que satisfacieran mi libido. Era un buen estudiante, pero mi rendimiento cayó. Mi vida se centraba en el hecho de masturbarme y las demás cosas, como el colegio, perdieron importancia.
Así fue como terminé mis estudios secundarios. Casi pierdo el año, o repruebo, y no puedo graduarme. La masturbación se había vuelto una obsesión.
Y ahí es cuando viene el presente. Cuando entré a la Universidad, me propuse dejar de lado la masturbación. Debía centrarme en mis estudios, lo que siempre había querido, educarme para ser profesional. Lo hice por cerca de 28 días. Han sido los 28 días más despejados y claros de mi vida, en los que puedo decir que encontré parte de quien soy detrás de todo esto. Cumplí con todas mis actividades, tuve muy buenas notas. Encontré una perspectiva distinta de la vida. Me liberé de las ataduras religiosas. Pero mi libido vivía disparada. No sabía qué hacer, y caí. Pero no fue una caída como otras: mi frecuencia de masturbación fue de casi el triple de lo habitual los días siguientes. Ahí es cuando la pornografía empezó a ganar terreno.
Este año ha sido muy duro. La pornografía se ha vuelto algo casi semanal, obligatorio, de características muy fuertes y traumáticas. Es un acto violento y desesperado. Mi rendimiento ha sido terriblemente malo: estuve a punto de ser expulsado de la universidad por bajo promedio académico. Encontré que quería estudiar otra carrera y el desinterés y cansancio para hacer cualquier actividad se agudizó. La masturbación perdió todo el carácter de satisfacción y "liberación" que tenía antes. Me volví incapaz de sentir el mismo placer de antes en un orgasmo. Ya no me excito fácilmente. Incluso hace pocos días vi varios videos pornográficos sin sentir algo que me motivara a masturbarme. Nada. Sólo culpa y asco por el contenido que estaba viendo.
Necesito recuperar mi vida. Psicológica y físicamente estoy destruido por la masturbación. Presento signos de mala nutrición e hipersomnio (dormir hasta 14 horas y sentirse cansado todo el día, con ganas de dormir más). He perdido la memoria por momentos: se me olvidan nombres que acabo de oír, datos, direcciones, cosas que he aprendido (esto me ha afectado demasiado en lo académico), e incluso he llegado a olvidar mi número de teléfono por completo. Me volví una persona poco asertiva, muy lenta para aprender. No puedo correr o hacer algún ejercicio sin sentirme destrozado, además de presentar un peso muy bajo, ojeras muy marcadas y dolor en mis genitales y lo que yo supongo es el músculo peristáltico y la próstata por el exceso de la masturbación. Ya ni siquiera soporto varios orgasmos un mismo día. Antes podía llegar a 6. Hoy al segundo siento que me voy a morir. La cabeza me duele en especial en el hemisferio izquierdo, y eso me asusta.

Por todas esas razones, que podrán ser excesivas, he decidido que mi vida debe tener un alto para que pueda arreglar esto de alguna forma. En primera instancia, pienso que compartirlo con ustedes ya es importante. Puedo sentirme avergonzado, enajenado y adormecido, pero estoy tan cansado y desesperanzado con el asunto que no me importa. Cuando uno se vuelve adicto a esto tiene que saber que no es la única persona que lo padece. Tal vez encontrar ese apoyo en otros puede ser un motivo más para luchar por ello. Estamos esclavizados a las pantallas llenas de hombres y mujeres desnudos, insaciables, de plástico, abusando de su sexualidad e incitándonos a destruir la nuestra también con los desbalances y la hipersexualización, el culto exagerado al cuerpo. Somos esclavos de sensaciones y sustancias que nos hacen más inconscientes, dominados y subyugados a lo que la sociedad espera del hombre: un sujeto de placer y "felicidad" que satisface sin medida sus "instintos", pero no es crítico, no piensa, no lucha contra las condiciones de su existencia. No es raro que quienes hemos descubierto nuestra adicción nos sintamos reducidos a animales irracionales, y es que eso es lo que ocurre, perdemos nuestra humanidad, la capacidad de establecer relaciones genuinas, de conocerse auténticamente y vivir una vida digna, lejos de dependencias, de abusos.

Pues bien, ese es mi caso. Para empezar con mi tarea de encontrarme a mí mismo de nuevo, iniciaré un periodo de quince días, que es lo mínimo, creo, y les comentaré si encuentro algo nuevo en todo este laberinto existencial.
Gracias.